jueves, 9 de febrero de 2012

Sin magia; por directo.

La prensa de ayer llevaba dos noticias, cuyas fuente supongo que son el ministerio de educación y consejería de educación de Comunidad de Madrid; la primera, que se puede leer en el primer enlace, cambio de programas en las oposiciones, volviendo a los de 1993, parece que es una forma de embarullar un poquito nada más las relaciones con algunas Comunidades Autónomas, una forma de cargarse las oposiciones que sí han convocado algunas otras Comunidades, una forma de probar a legislar sin contar con las Comunidades. Buen intento del ministro Wert (antes tertuliano conciliador), que, al contrario de lo que deseaba, se ha encontrado un frente común: opositores (en esta ocasión lo son por presentarse al sistema de oposiciones para elegir profesores, y por hacer oposición al cambio de programas), academias y centros que ayudan a preparar esas oposiciones, Comunidades Autónomas que convocan oposiciones, todas las Comunidades por legislar sin concertar con ellas asuntos que tienen transferidos.

La segunda, que se puede leer en el segundo enlace, trastoca radicalmente el sistema de puntuación de los criterios de admisión de alumnos en centros públicos y concertados. Las consecuencias son imprevisibles, porque la realidad siempre supera la imaginación del legislador. Se me ocurre una maligna per se; es fácil suponer que una familia de emigrantes vive cerca de un Instituto muy bueno, según las pruebas de evaluación, y por ello tiene mucha demanda de plazas; si las consiguen "los de arriba" y copan todas las plazas vacantes, puesto que la cercanía tiene la misma valoración para todos los residentes en Madrid, deberá buscarse otro Instituto más lejano de su domicilio, incrementando sus costes de transporte y otros gastos. Quizá no ocurra esto en los centros públicos; es mucho mas  previsible que, si ya concurre en los centros concertados que es el centro, en realidad, quien elige a los alumnos, con este cambio se agravará la dificultad de conseguir plaza en centros concertados para aquellos alumnos que estos centros prefieren que cursen sus estudios en centros públicos.

Cuando ayer cogí los periódicos, ambas noticias me asombraron, o me sobresaltaron, o no sé qué; lo cierto es que desasosegaron altamente por dos razones. La primera, porque dos autoridades de educación (escolaridad, para mi), una de ámbito nacional, y otra de la Comunidad Autónoma de Madrid (si uso "comunitaria", todos pensaríamos en Bruselas), han pisado con una bota muy grande en la cacharrería del sistema escolar, y a la contra argumenta que están haciendo un favor al sistema de oposiciones y al sistema de admisión de alumnos. El primero reclama, incluso, la gratitud de los que están preparando las oposiciones porque vuelven al programa al que había dedicado, en muchos casos, varios años. La segunda, puesto que es Consejera, vuelve al mantra de la libertad de elección de centro por parte de las familias; curiosamente es el mismo argumento que está traspasando el sistema público de salud a las empresas privadas.

El proceso de selección de profesores de enseñanzas de infantil, primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional, en mi opinión, y desde hace algunos largos años, parece que debe modificarse, y no solo sus programas. Cuando los procesos de selección de personal está tan avanzado en la empresa privada, algunos de los elemento de estos procesos podrían adaptarse al sistema de oposiciones. Hay casos conocidos en la administración pública, en los que el sistema de oposiciones se ha adaptado, de hecho, a un proceso de selección de personal, y han dado muy buenos resultados. Para llegara tener un buen Claustro, la elección, según mi proceder durante veintiocho años, es imprescindible: 1º. Entrevista con los candidatos, tras elegir entre los curricula de los que se dispone, e incluso de los amigos de...Entrevista sin plazo, y pretendiendo saber de qué persona se trata, sus intereses profesionales, si puede encajar y aportar en el equipo debe integrarse, si sus maneras de comportarse en la entrevista permiten prever su dedicación y su propósito de seguir aprendiendo. Esto, por lo menos; pero en el desarrollo de la entrevista pueden surgir vetas que convendrá considerar y comentar con el candidato. 2º Que todos los candidatos entrevistados concluyan la entrevista sabiendo con claridad que la oferta de contrato indefinido desde el primer día tiene tras finales posible: no acabar el periodo de prueba, rescisión del contrato el finalizar el primer curso,pagando la empresa las indemnizaciones legales previstas sin discutir, la efectividad de ese contrato indefinido. No conozco mejor sistema de selección de profesores que verles actuar durante unos cuantos meses. A este propósito una anécdota empresarial ya muy antigua, cuando El Corte Inglés decidió hace muchos años abrir un centro comercial en Valencia, encargó a quien iba a ser el Director del Centro que eligiera, para cada puesto, a los tres mejores profesionales de la ciudad de Valencia, y que los seis meses redujera la plantilla en dos tercios eligiendo al mejor para dicha empresa. Ver a las personas desarrollando su trabajo es la mejor forma de conocer su valía en el puesto para el se le contrató.

Un chiste muy antiguo sobre selección de personal. Un empresario necesita un Jefe de Almacén; se dirige a la oficina de empleo y deja el perfil del puesto. Tras entrevistas a varios candidatos, opta por darle el puesto a Don Manuel, que tiene quince años de experiencia en puestos similares; a las dos horas de trabajo de Don Manuel, el empresario le llama al despacho, y le espeta: "Don Manuel, Ud. no tiene quince años de experiencia, sino la experiencia de un año repetida quince veces".

favoreciendo de mil maneras a la enseñanza concertada, y sobre todo a la regentada por la Iglesia Católica mediante sus multiformes variantes, la libertad de elección de centro escolar casi se teologiza, y entran en acción intereses que no tienen nada que ver con la escolaridad, con la enseñanza, con el derecho a la educación, con el derecho a la verdad, con el derecho a la libertad de cátedra, etc. Si además no se hace nada por equilibrar la presencia de alumnos procedentes de la emigración entre centros públicos y concertados, la libertad de elección se reduce, por decisión de las familias que no quieren que en el centro de sus hijos...-y no termino la frase, porque me da vergüenza escribirla, aunque la realidad es tozuda.

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