jueves, 21 de octubre de 2010

¿Maestros?

Albert Camus murió en un accidente del coche en 1960; tres años después de ser premiado con el Nobel de literatura. En ese coche había un manuscrito inconcluso: La premier homme, que se publicó en 1994 (en Francia, Gallimard; en España, colección Andanzas). En ese volumen (manejo la segunda edición española en Tusquets Editores S.A., colección Fábula, Barcelona 1998) se incluyen al final una carta de Camus a su maestro de primaria en Argel, de fecha 19.11.1956 (muy poco después de obtener el Nobel), y una del Sr. Germain Louis, el maestro de Camus., de 30 abril de 1959.

Las tres (el libro y las dos cartas) son muy interesantes. Transcribo la carta de Camus a su Maestro de Primaria; página 295 del volumen citado.

19 de noviembre de 1957

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días
antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que
no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi
madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño
pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de
todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero
ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue
siendo para mi, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón
generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños
escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Le abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus.

No tiene desperdicio ni una palabra de la carta. Siempre que leo esta carta, y lo he hecho muchas veces en privado y en público, me emociono desde la punta de los dedos de los pies hasta el último pelo de la cabeza. Camus explica qué y cuánto es "sin usted": "sin la mano afectuosa,..,sin su enseñanza y su ejemplo". También concreta qué y cómo es el trabajo de un Maestro: "sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso".

La carta del Sr, Germain no es respuesta a la de Camus, pero es muy interesante leerla hoy, cuando todavía algunos esperamos vivir en un estado realmente laico, y se queja el Maestro de que han repuesto el crucifijo en algunas aulas. Hay muchos párrafos del libro de Camus interesantes, pero escojo unas líneas de las págs. 128 y 129, porque es la única vez, en todo el libro autobiográfico, que cita al Maestro de la novela por su nombre verdadero:

En la clase del señor Germain, sentían por primera vez que existían y que
eran objeto de la más alta consideración: se los juzgaba dignos de descubrir
el mundo. Más aún, el maestro no se dedicaba solamente a enseñarles lo que
le pagaban para que enseñara: los acogía con simplicidad en su vida
personal, la vivía con ellos contándoles su infancia y la historia de
otros niños que había conocido, les exponía sus propios puntos
de vista, no sus ideas, pues siendo, por ejemplo, anticlerical como
muchos de sus colegas, nunca decía en clase una sola palabra
contra la religión ni contra nada de lo que podía ser objeto
de un elección o de una convicción, y en cambio condenaba con la mayor
energía lo que no admitía discusión: el robo, la delación, la indelicadeza,
la suciedad.

Vale. (El vale de Cicerón; no el "vale" de hoy día).




miércoles, 6 de octubre de 2010

Neurociencia y enseñanza.

Durante unos cuantos años busqué un/a neurólogo/a que explicase despacio, con tiempo para asimilar y cambiar, a los profes cómo aprenden los alumnos; no que nos explicara cómo funciona el cerebro, sino cómo aprendemos. El art. enlazado a esta entrada insiste en lo mismo.

Fines de la educación.

De la educación; no de la escolarización. ¿De acuerdo en que podemos elegir entre liberar o reprimir, e incluso hacer un mix de ambos? Vale; como se dice hoy.

También me parece importante que puedan emanciparse, llegar a adultos independientes, y no sólo económicamente. Una curiosidad: se alicui emancipare, significa "hacerse dependiente de alguien". Cuidado, por tanto, con la emancipación, porque puede ser sólo para acabar en manos de otro/a/s. Que sean libres y emancipados; libres y autónomos. Liberar, emancipar; ¿cómo entra la represión en el mix? Otra curiosidad; reprimenda, que viene de reprimir, es, más o menos, una reconvención, una llamada de atención, una alerta. Responsabilidad, que sean responsables, es la manera de que la represión entre el mix de fines de la educación.

Debió ser Aristóteles quien escribiera aquello de que "la única forme de ser libres es cumpliendo las leyes". Debió ser que la vida en grupo exigía unas normas que la posibilitara; el fundamento de la ética es la existencia del(os) otro(s), la connivencia. Libre, autónomo, dueño de su conducta, capaz de responder, todo dentro del marco de las normas éticas. Esto es educación, ¿no?

Vale. (copiando a Cicerón)




Agentes educativos: familia y escuela.

Para expresar estos dos agentes educativos relacionados, porque lo están muy directamente en la educación, recurro, también ahora, a unos párrafos del Proyecto educativo del Colegio Arturo Soria, de los que también soy autor y donante a la misma institución. Los escribí por la misma fecha, 1986, y no resultaron tan fáciles de redactar; creo, o quiero, recordar que les dí muchas vueltas y consulte bastante bibliografía.

El Colegio Arturo Soria no tendría sentido sin la presencia activa y constante
de los padres de sus alumnos, porque los padres, como agentes educativos,
son la piedra angular sobre la que se asienta la labor colegial.

En la familia se realizan los principales aprendizajes cognitivos y
emocionales, que permiten a los alumnos comprender el funcionamiento
del entorno y de la sociedad. En la familia se aprenden las acciones,
momentos y periodicidad de los elementos centrales de un desarrollo
sano de la vida, que habilitan la autonomía y la relación social.

Los padres enseñan órdenes de prioridad y normas de convivencia; en el
devenir familiar diario llegan mensajes a los hijos sobre el valor que se
concede a las cosas, a los hechos y a las personas, sobre los grados
de importancia que se atribuyen a las actuaciones cotidianas.

La formación del propio juicio, la distinción entre lo importante y lo
accesorio, entre lo necesario y lo opcional, son elementos de la propia
personalidad que se constituyen tomando como modelos a los padres.

En el seno familiar se va aprendiendo a ser autónomo, articulando las
relaciones interpersonales y los vínculos con la sociedad de un modo
compatible con la libertad y la responsabilidad individuales, por
encima de la sumisión y la dependencia.

En resumen, en el Colegio Arturo Soria estamos convencidos de que educan
los padres, la familia. Las personas que trabajamos en el Colegio
colaboramos, ayudamos en una tarea a la que somos invitados por los
padres de los alumnos.

La labor educativa del Colegio, en resumen, es ayudar a los alumnos a
estructurar los aprendizajes familiares, contribuir el proceso de
personalización a través de la vida colegial, extender la autonomía
personal, que se aprende en la familia, a la vida en sociedad.

Todo lo que normalmente se entiende por educación de los niños y
de los adolescentes es una tarea que compartimos desde la familia
y el colegio. También compartimos aspectos específicos como la
educación del ocio, e incluso la formación académica.

En cuanto a la evolución académica de los alumnos está admitido
socialmente que es una competencia específica del sistema educativo,
del colegio; pero tampoco es en exclusiva. El deseo de aprender,
el gusto por hacer bien las cosas, la adquisición del hábito de trabajo,
y otros muchos elementos que giran alrededor de la vida
académica, y la sustentan, constituyen campos educativos en los
que laboramos juntos familia y colegio.

Trasfondo de la escolarización.

Reproduzco unos párrafos del Proyecto Educativo del Colegio Arturo Soria; porque los escribí, y recuerdo que me salieron de los dedos de un tirón, sin pausas ni dudas; nadie lo ha retocado desde 1986; ya no son míos, porque los regalé al Colegio. Para mi siguen siendo expresión de lo que creo que es la escolarización:

El proceso de enseñanza/aprendizaje está determinado, sobre todo,
por un complejo fenómeno de implicación personal.

Los profesores, para serlo, necesitan conocimiento de la materia que
imparten, metodología específica, esquemas didácticos adaptados a
los alumnos concretos a los que se dirigen; pero estos tres
elementos no precipitan un profesor: éste debe,además, poner
en juego sus actitudes personales ante el hecho educativo y ante la
vida en general; aún más, debe sentirse responsable, personalmente
comprometido,no sólo de la enseñanza, sino también de que realmente
sus alumnos aprendan. Es pues, toda la personalidad del profesor,
puesta a ser y a hacer, lo que una persona que opta por ser educador
y profesor se ve obligado a apostar.

Pero sólo la mitad del binomio no daría los resultados propuestos.
Es imprescindible también la implicación personal del alumno.
Sus circunstancias sociales ypersonales, sus capacidades y
sus actitudes, determinarán su forma y su grado de implicación.
El alumno no opta por aprender, así como el profesor es una
persona que ha optado por enseñar.

El alumno no tiene otra opción; un niño que quiera desarrollarse y
crecer, y lo hará aunque no quiera, debe estar escolarizado;
la sociedad no tiene previstos planes alternativos; incluso es
obligatoria la escolarización. Por tanto, la escolarización, el
aprendizaje, el estudio, de hecho es una realidad hasta los dieciséis años.
Por todo ello, el alumno se encuentra íntima y personalmente implicado en el
proceso enseñanza/aprendizaje, en el proceso educativo oficial.

Sigue, con todo,siendo cierto que “el colegio”, “la escuela”, “la universidad”,
no abarca todo el complejo fenómeno del crecimiento personal
hasta la madurez humana; pero al ser el único camino previsto
por la sociedad adquiere, indebidamente, connotaciones de totalidad.

En consecuencia, si profesor y alumno no se implican personalmente y a
fondo en el proceso enseñanza/aprendizaje, no sólo fallarán éstos,
sino también lo que
entendemos por “formación integral del alumno”.

Dicho de otra forma, si la
integración de profesor y alumno en el sistema

escolar no es buena, fallará la
implicación personal y se producirán

deficiencias en el desarrollo personal de ambos.


Por eso, por estar marcado el proceso por las personas que lo cursan,
es importante
la motivación, y quizá el camino hacia una

fuerte motivación pasa necesariamente
por la adaptación, por la

integración. Este será, por tanto, el objetivo prioritario del
Colegio: alcanzar altas cotas de integración de alumnos y profesores.

La motivación es un camino que también pasa por incentivación y para
que sea
efectiva necesita un esquema de mínimos. Este esquema de mínimos

está
determinado en el colegio por la disciplina. La disciplina podemos,
estratégicamente, verla en dos vertientes: convivencial y académica.
El marco
disciplinar convivencial ya está definido en el Estatuto y

Reglamento de Régimen
Interior del Colegio y en el próximo

capítulo de este Proyecto Educativo. Es oportuno
ahora, definir la

disciplina académica.

Si ahora mismo escribiera sobre los mismos temas incluidos en los párrafos anteriores, no sería capaz de sintetizar; escribiría varias páginas, ineficaz en el intento de explicarlo todo y de contentar a todos. La ingenuidad y la ilusión de hace veinticinco años me aseguraron mi verdad, sin resquemores ante la crítica y ante la denuncia de agujeros teóricos

lunes, 4 de octubre de 2010