jueves, 26 de septiembre de 2013

¿Podemos dar sentido a lo que vivimos todos los días?

Estoy convencido de que sí, y no me voy a inventar un discurso que ya está dicho por Robespierre:

En nuestro país queremos sustituir el egoísmo por la moral, el honor por la honradez, las costumbres por los principios, la tiranía de la moda por el dominio de la razón, el desprecio por la desgracia por el desprecio del vicio, la insolencia por el orgullo, la vanidad por la grandeza de ánimo, el amor al dinero por el amor a la gloria, la buena sociedad por las buenas gentes, la intriga por el mérito, la presunción por la inteligencia, la apariencia por la verdad,  el tedio  del placer voluptuoso por el encanto de la felicidad, , la pequeñez de los "grandes" por la grandeza del hombre. Y un pueblo adulador, frívolo y miserable por un pueblo magnánimo, poderoso y feliz. Es decir, sustituir los vicios y las ridiculeces de la Monarquía por las virtudes y las cualidades de la República.

No tengo nada que añadir, Sr. Rajoy; dígale a su ministro de educación que enfile el sistema escolar de España por alguno de los caminos insinuados por Robespierre. Y tome nota Ud. de paso. 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Trabajar sin descanso, ¿es una virtud política?

En El País de hoy, página 6, dedicada a la Merkel, y en un bocadillo se lee: "La líder de la CDU es capaz de trabajar durante días sin descansar".

Que se lo expliquen a  muchos de los "becarios", a muchos de los contratados por un día, a los que trabajan con contrato mercantil en montones de "centros" de trabajo. Todos ellos cumplen, con creces, y sin recompensa de ningún tipo lo de "trabajar durante días sin descansar". La Merkel, además de su nada despreciable salario, se sabe la dueña de la Unión Europea, se sabe muy bien que manda y que le obedecen. Además de cobrar en euros, y no pocos, está en el "candelabro" de mil brazos alumbrando a todos los inútiles europeos no arios, perdón, no alemanes. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

Educación versus superstición.

En la edición de El País de hoy, 8 de septiembre de 2013, en la página 40, uno de los alumnos excelentes, que lo es con anterioridad a las ideas del tertuliano ascendido a ministro, dice, y entresaco de su declaración entrecomillada, que : "...la degradación de la educación en favor de la superstición...", como uno de los elementos que utiliza el gobierno para desplazar a los trabajadores españoles a posiciones diferentes en la distribución internacional del trabajo a las que se han conquistado a lo largo de décadas.

Superstición, derivada del latín superstitio, -onis, que tiene como traducción española la evidente, superstición, pero también supervivencia. Solemos entender por superstición la asignación de causas sobrenaturales para explicar hechos naturales; ya es mala cosa que se derive la educación -pensar, conocer la realidad, poder decidir, ser y estar en la realidad, etc.- hacia creencias no científicas, pero peor aún es abocar la educación a la supervivencia. Ya sé que todo esto es casi un juego de palabras; ambas direcciones son las que determinan la LOMCE y otras reformas (?) del tertuliano ascendido a ministro. Por un lado da entrada a la religión como materia académica obligatoria, que repartirá tortas contra las explicaciones científicas impartidas en otras materias, y además, sobre todo, condena a la indigencia a la enseñanza pública.

No andaba tan descaminado el alumno excelente que ha tenido que irse de su país para tener trabajo. Ignoramos qué dirán los alumnos excelentes que dentro unos veinte años puedan hacer declaraciones tras ser educados en la superstición y en la supervivencia.

sábado, 7 de septiembre de 2013

¿La máquina del tiempo?

El gag es de los guionistas de El Intermedio; a propósito de la reforma (?) de la ley del aborto, asignaron al ministro de justicia, fiscal sin haber ejercido,  la invención de la máquina del tiempo. Tiene su chispa, porque sirve para otras acciones del gobierno del registrador.

El tertuliano ascendido a ministro reduce las becas universitarias por dos flancos. Rebaja la cuantía total de la partida, luego hay menos dinero para becas, y o hay menos becarios o las becas reducen su cuantía individual, o las dos cosas a la vez. En segundo lugar ataca por el otro flanco;  sube el listón de las condiciones, cumplidas las cuales, se tiene derecho a la beca. Total, muchos menos alumnos y alumnas con beca suficiente para poder estudiar en la Universidad; esto reduce el número de alumnos en la universidad, lo que vuelve a plantear problemas de financiación de la universidad pública. En esta marco, creado ex novo por el tertuliano ascendido a ministro, surgen las "almas caritativas", no las almas políticas, dispuestas a pagar de su bolsillo el dinero necesario para que algún alumno, que no tenga dinero, pueda estudiar; gracias  a la beneficencia, o a la caridad personal. Al tertuliano ascendido a ministro le parece, inmerso en la alegría y los nervios que sufre toda la embajada española (¿cuántos han viajado de gorra a Buenos Aires?) persiguiendo la nominación para financiar y pagar los Juegos Olímpicos del año 2020, una buena idea.  Está usando la máquina del tiempo que, según los guionistas de El Intermedio, ha inventado el fiscal sin haber ejercido, lo que permite presumir que se lo están contando en las reuniones del consejo de ministros.

Los bancos de alimentos recibieron el premio Príncipe de Asturias, merecido sin duda. Si el trabajo desinteresado de miles de personas que gestionan estos bancos merece el premio, también las personas que desinteresadamente sacan adelante Caritas y todas las organizaciones que se dedican a subvenir las necesidades que millones de españoles no pueden pagarse en esta sociedad de consumo. Brillante y merecedora de reconocimiento la labor desinteresada que estos miles de personas desarrollan en beneficio de sus conciudadanos. Pero, sin saberlo, sin ser conscientes de ello, porque están trabajando apremiados por las necesidades de sus conciudadanos, están usando la máquina del tiempo inventada por el fiscal sin haber ejercido.

¿Para qué sirve esta máquina del tiempo? Sobre todo para aliviar situaciones personales y familiares realmente graves que exigen acciones urgentes y solventes. Buen invento. La cuestión es que estas necesidades ya tenían soluciones justas, equitativas y solidarias a través de las becas universitarias, que debían aumentar en vez de empequeñecerse, y a través de los servicios sociales de los  que España se había dotado a sí misma. Las soluciones surgidas de la máquina del tiempo nos arrojan por un socavón enorme hacia la beneficencia y la caridad; terrible regresión política, social, económica y humana. Un injusticia, en el sentido más profundo y ético del término, porque el estado social y de derecho corta las amarras de la justicia y la igualdad, dejando a la deriva a millones de españoles buscando almas caritativas que decidan voluntariamente, para ganar más cielo del prometido o por filantropía, que les saquen de la desigualdad. Error conceptual, porque la caridad o la filantropía no corrigen la desigualdad, solo le echan un velo encima para que se vea menos, y todos podamos vivir tranquilos, e incluso ufanos por la acción de caridad o filantropía realizada.

Post scriptum: He terminado de leer El País, y, lógico el chiste de El Roto. Se me ha ocurrido una pregunta al gobierno del registrador: ¿La caridad con universitarios que no puedan pagar sus gastos académicos se podrá desgravar en la declaración de la renta, y en qué porcentaje?


viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Militante?

El mensaje que mi cerebro, o mi autoconciencia, me he ido enviando durante muchos años ha sido que yo no soy militante de nada ni de nadie, sean personas, ideas o grupos organizados; así me he considerado más libre para pensar, opinar y expresar; algo de asocial tenía mi creencia, sí; o por lo menos de excepción, que es una cómoda manera de sentirse especial, como si así se pudiera sobresalir por encima del rasero de las "medias", que necesariamente igualan a todos, destrozando el derecho a sentirse único y exclusivo. Algunos me han tildado de orgulloso, otros de ser aburrido, unos pocos, muy pocos por cierto según mi parecer, destilar muy mala leche, e incluso de ser brusco. Quizás por estar al margen de cualquier militancia, que debe de molestar bastante, a tenor de las reacciones que produce.

Hete aquí que hace unos dos años, harto de guardar silencios para no perder la libertad, me sublevé contra los corruptos, contra todos los corruptos. Sigo siendo libre porque nadie me ha hecho caso; no ha descendido el número de corruptos. Pero estoy decidido a seguir siendo militante de esta campaña contra los corruptos; sobre todo porque rompen la convivencia pacífica con los iguales y con los desconocidos, pero que conviven conmigo necesariamente al estar vivos en los mismos años.

Me declaro, además militante contra las religiones, todas las posibles, y también las venideras, porque niegan la libertad de las conciencias, sojuzgan las ansias personales y sociales, niegan la evidencia de la muerte como punto final individual, y acaparan todo lo que pueden, aunque sean cosas sin valor, por si alguna vez llegan a tenerlo; y pueden construirse así porque se consideran, sino eternas, por lo menos inmortales.

Militante también contra los que crean las desigualdades, la desigualdad, en los entresijos de la sociedad, destruyendo la radical y mísera igualdad de todos ante todos. La ética humana, para distinguirla de la moral religiosa o divina (¡vaya aspiración de las religiones!), solo tiene una justificación, fundamento y contenido, que no es otro que la "mera existencia de otros iguales que yo".

Total, que he pasado de no militar, a ser militante irredento contra, y me gustaría no ser "contra", pero no encuentro otra forma de expresarme, los corruptos, los detentadores de las verdades religiosas, y contra los creadores conscientes de la desigualdad entre unos y otros.

Al final de esta declaración no tengo más remedio que confesar una pregunta que me ha asaltado continuamente: ¿para qué sirve ser militante?, y que esta mi declaración de militante no contesta.

domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Por qué Alemania necesita ingenieros?

Desde que la canciller largó la llamada a los ingenieros/as españoles me ronda la pregunta del título de esta entrada. No es porque las autoridades alemanas hayan puesto en marcha el "efecto llamada" de inmigrantes; tampoco porque su sistema productivo ha crecido tanto que necesita mano de obra muy cualificada; tampoco se debe a una pirámide de población triangular invertida; tampoco  a la conciencia social del empresariado germánico; tampoco a....

Mi elaboración causal es doble, y las dos se pueden repetir en España. Un amigo que sabe de estas cosas me dice que saber algo de historia sirve para hacerse preguntas; eso es lo que hago desde que la canciller lanzó la "oferta", en absoluto desinteresada. Alemania necesita ingenieros y con urgencia, sí. Porque, en primer lugar, alrededor de hace dos o tres decenios se "puso de moda" en Alemania no tener hijos, y los hijos ingenieros no nacen hechos y derechos y con el título en la mano; en España hace unos cuantos años que ha descendido el indice de natalidad, y para arreglarlo dentro de unos cinco años tendremos que llamar a gente de fuera de nuestro país. Porque, en segundo lugar, en Alemania existe un sistema escolar de formación profesional hiperbólico; muy buena decisión hace unas dos o tres decenas de años: menos universitarios, porque había muchos, y mano de obra profesionalizada; resumen: si sigo por la universidad entro en la vida activa hacia los veintiséis años, y si opto por la formación profesional a los veintiuno tengo trabo, casa y coche; ha ido descendiendo el número de universitarios. Si se suman las dos variables, descenso de natalidad e hipérbole de la formación profesional, se llega a la situación actual en la Alemania motor de la economía europea.

¿Nos va a pasar algo parecido a los españoles con la reforma del sistema escolar, incluida la universidad, que el gobierno Rajoy, endosada al tertuliano ascendido a ministro, al dificultar el acceso a la universidad, y promover a la vez el embudo hacia la formación profesional? Teóricamente, sí; en la realidad volverá a pasar lo mismo que con la LGE de 1970. Esta ley pretendía favorecer la formación profesional para acompañar y fomentar el desarrollo económico y social con mano de obra especializada. No hubo presupuesto, y, tras el desgobierno del ministro Rodríguez, Cruz Martínez Esteruelas acabó por hundir la FP, como ha demostrado en muchas ocasiones el Prof. Acero. El gobierno socialista también lo pretendió, pero, como ya he comentado en otras entradas, del proyecto de LOGSE al texto del BOE se cambió una palabra; los centros de secundaria obligatoria "tendrán" líneas de FP, por "podrán tener".

Veremos qué pasa con la ley Wert en su breve pronosticado recorrido. Lo grave es que volver a caminar lo recorrido no nos devolverá las opciones perdidas.