martes, 31 de enero de 2012

La n+1 reforma del sistema escolar.



Rajoy, en el discurso de investidura anunció un Bachillerato de tres años, y por tanto una ESO de tres años también; pinchando el título de esta entrada se puede leer un resumen de las dificultades que el asunto presenta en un primer acercamiento, y casi a vuela pluma. Titulo "n+1 reformas porque el sistema escolar ha estado, por lo menos, desde 1969, en permanente convulsión derivada del "furor legislativo del ministerio de educación (para resumir las múltiples denominaciones que ha tenido; esto de los nombres de los ministerios recuerda a un P. Rector en el colegio San José de Valencia, PP. Jesuítas, que se dedicó a cambiar de sitio el emplazamiento de una estatua de San José; era, supongo, una manera de manifestar su poder). No es bueno, por ser correcto, marear mucho a los profesores, alumnos y familias, con cambios, recambios, reposiciones,  imposiciones absurdas (como el calendario juliano)etc., cuando, además, puede demostrarse que la estructura del sistema escolar no ha cambado sustancialmente desde la Ley Moyano.

La reforma n+1, porque siempre vendrá después otra, y otra, y otra; así indefinidamente, salvo que aparezca en la historia un redentor de este asunto, y frene en seco tanta verborrea pseudopedagógica, pseudopsicológica, pseudosociológica, pseudocientífica, pseudoreformadora. Esta "n+1", digo, con la firma del ministro Wert, reforma plantea algunos nubarrones más que los que resume el artículo de El País de ayer.

1. Desorientación, duradera en el tiempo si su aplicación es escalonada, de profesores, alumnos y familias. Hasta que encajen los elementos reformados en el total del sistema. Supondrá una legislación nacional, que quince autonomías adaptarán a su competencia, aunque solo sea para que conste que la disfruto, y una más del ministerio central para Ceuta y Melila, que no tienen transferidas competencias en educación.

2. ¿Qué programa tendrá ese primer curso de bachillerato, cuando, necesariamente, será obligatorio para los que no tengan 16 años? Creo recordar, y si es necesario lo buscaré, que la LODE o la LOGSE, decía que la ESO entera, los cuatro años,eran propedéuticos para el Bachillerato, y preparatorios para la formación profesional y para la incorporación al trabajo. Desde la primera vez que lo leí, como borrador, me asaltó una pregunta: ¿con qué finalidad y cómo da sus clases el profesor de lengua española? No es posible atender en una misma clase, que dura, al final, unos cincuenta minutos, atender tres necesidades a la vez. La opción de los centros y de los profesores ha sido, históricamente, optar por una u otra según la extracción social de los alumnos que tiene en el aula; si extracción social, porque ésta marca las expectativas de futuro. No es una cuestión ideológica, es una cuestión práctica. ¿Nos podemos imaginar esta cuestión durante tres cursos de ESO que tienen final, y durante un o de Bachillerato que tampoco lo tiene. Si estuviera en funciones de director todavía, a lo mejor pedía cambiar se sector productivo (con toda la mala intención lo de productivo; porque en eso parece que se está convirtiendo el sistema educativo, para mi escolar).

3. ¿Se va a reducir el llamado fracaso escolar por arte de magia con esta reforma "n+1"? (El nombre que he asignado a esta reforma no le va mal a un tertuliano, que ha sido ascendido a ministro, que manejaba con mucha soltura las estadísticas, los indicadores y los índices.

Estoy convencido de que si nos sentamos con tres profesores, no más, quedarán en la mesa unas cuantas cuestiones más, que seguirán detallando la desorientación y la confusión. ¿Alguien puede suponer el esfuerzo financiero, sí financiero, que va a suponer para España la edición de nuevos libros de texto? Yo no puedo suponerlo, y menos calcularlo; ya lo dirán las grandes editoriales para justificar, por lo menos en parte, el incremento del PVP de los libros de texto.

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