martes, 17 de enero de 2012

Prever para proveer mejor.

Las previsiones, por lo menos las mías, sobre el sistema escolar en los próximos años no me permiten augurar una mejoría del mismo; tampoco mi situación social  presente (sin previsiones ni provisiones) -espectador activo y muy curioso, proveniente de la primera línea de fuego-  me abre ningún camino para hacer ninguna provisión que mejore el augurio. Veamos.

Supuestos. A 4º de la Educación Secundaria Obligatoria llegan en septiembre de 20.. (?) en toda España 100 alumnos de ambos sexos -53 alumnas y 47 alumnos, por lo de guardar la realidad de la composición de la población- nacidos en 19..(?), quince años antes. No se suma a esta promoción ningún repetidor; tampoco se restan repetidores de esta promoción en cursos anteriores; y, evidentemente puestos a evitar variables que confundes la realidad, tampoco restan las alumnas y alumnos que abandonaron los estudios en 3º de la  Educación Secundario Obligatoria. Un promoción, la del 19..(?), modélica y teórica; vamos, que no existe, no ha existido, ni existirá. Este desbroce del campo es moneda común en la microeconomía y en la macroeconomía, luego estoy escribiendo y ¡pensando! dentro de la ortodoxia metodológica bendecida por toda la sociedad mandante de hoy día, adoradora de una ciencia que comparte todos los defectos, o carencias, vale, de las ciencias sociales, y creo que ninguna de sus virtudes, porque está a mitad camino entre ambos extremos: la ciencia, la única que existe, y las ciencias sociales. Tampoco llega a alcanzar las virtudes de la ciencia, la única existente, y, por consiguiente, tampoco sus carencias.

Sigo con la promoción de 1900(?) modélica. De esos 100 alumnos, 32 no obtendrán el título de Educación Secundaria Obligatoria; este título es el único que da acceso al Bachillerato y la Formación Profesional de Grado Medio (no recuerdo cómo se llama ahora, y no voy a hacer el esfuerzo, porque seguro que cambiará en este legislatura).Clarito: pueden seguir estudiando y aprendiendo -mucho parece lo que hacen- en la Educación Secundaria no Obligatoria  68  alumnas y alumnos (el femenino gramatical siempre delante del masculino por aquello de la ley de igualdad). 

Creo que ni exagero ni me desvío mucho de las cifras oficial del INE si digo: de estos 68, el 43 % va a FP ( es decir, 29 alumnos), y el 57 % cursa, de momento 1º de Bachillerato (es decir, 39 alumnos). Abandonamos la vía de la Formación Profesional. Seguiremos el rastro a los alumnos del Bachillerato.

Me conviene, lo confieso, desbrozar el campo. Esta maravillosa promoción de Bachillerato, 1º, no tendrá repetidores y nadie de ellos abandonará los estudios (o, caerá del sistema educativo arrollado por las engranajes legales del sistema), pero no todos aprobarán 2º curso. Sabemos que aprueban 2º de Bachillerato, de media, en todo España un 70 %. De acuerdo con este supuesto, de los 39 podrán matricularse para la la Selectividad, Prueba de Acceso a la Universidad, Examen de Madurez, Examen de Estado, o como le hayan llamado o le quieran llamar en el futuro, 27 alumnas y alumnos. Y los 27 deciden presentarse a la dicha prueba que da entrada, por fin, a los Estudios Superiores. Este grupo de exámenes (el lenguaje del sector habla de un examen que consta de varias pruebas; perecido a los de "necesita mejorar", o lo de suprimir el 0, y solo se puede puntuar del 1 al 10 en la Educación Secundaria Obligatoria, para no herir la autoestima del alumno). Como es público, la selectividad, a lo breve, la supera, o aprueba, el 80% entre la convocatoria de junio y septiembre (en el año 2000 solo el 70 %). Total que aprobarán 23 alumnos, quienes con su nota en la mano, bueno en una papeleta oficial con firmas y sellos, puede matricularse en la Facultad que quieran de todo el mapa universitario del país. En resumen, tendrán posibilidad de acceder a la faculta o Escuela Técnica que elijan el 23% de los nacidos en el año 1900 (?).

Los abandonos en la Universidad son altos, los repetidores, no de curso, sino de asignatura también. Una curiosidad, las becas se conceden, o se concedían hasta hace poco, con dos notas suspensas. Tengo compañeros de colegio que estudiaron con beca en la universidad y les exigían notable como mínimo en todas las asignaturas de cada curso.

Hemos mejorado; pues sí. En 1960, salvo error en mis búsquedas y cálculos sencillos, nos presentamos a la vigente entonces Prueba de Madurez en toda España el 9% de los nacidos en 1943, y el "índice de aptos" en la prueba sumadas la convocatoria de junio y de septiembre fue del 43,8 %. Luego de todos los que nacimos en 1943, conseguimos aprobar la selectividad el  4 %. Si en fechas actuales se llega al 23 %, hemos mejorado,sí.

Pero no nos olvidemos ahora, al final, de todas variables e incidencias que hemos ido restando a la realidad. Recuerdo, no tengo a la vista el estudio, que la Fac. de Químicas de Valencia se hizo hace, quizás más de diez años, un ejercicio divertido. Con las notas de ese año de las pruebas parciales del examen de selectividad, sacaron las medias con las normas de la Prueba de Madurez, que estuvo vigente desde el curso 1952-1953 hasta el curso 1973-1974, y el índice de aptos en la PAU descendía por debajo del 25 %. Aquí abierto otro camino que puede dar pistas para proveer el futuro.

Con todo, habría que volver, en el maremagnum en el que la sociedad ha inmerso el sistema escolar, y no sé si también el educativo (estoy convencido de que no), a las cuestiones básicas: qué enseñar/aprender, cómo enseñar/aprender, quién enseña, quién aprende. El dónde, con que medios y las pseudoteorías, y otras muchas cuestiones pueden quedar para cuando el sistema escolar recupere una velocidad crucero más que razonable.


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