Seguramente por sus resultados; pero éstos son, a su vez, el resultado de "decisiones difíciles". Esta expresión debió inventarse mucho antes de que el sistema económico explotara; hoy se toman decisiones difíciles para las personas concretas rebajando las prestaciones del sistema social. (Tres sistemas en cuatro lineas: escolar, económico, social; ¡vaya con los sistemas!). A partir de 1970, con la Ley General de Educación y sus adaptaciones, incluida la LODE , la LOGSE y la LOE, se han ido tomando decisiones difíciles, impuestas por la realidad, según se argumentó, y hoy recogemos resultados.
¿Por qué el numerus clausus? Porque no había sitio para todos, y no hacían falta tantos titulados superiores; se empezó por medicina, y hoy faltan médicos (además de los que terminan, ¿cuántos, hoy, se van a donde les pegan mejor?). Esta limitación ayudó a educar, en esta ocasión educar porque lo ha hecho la sociedad entera, no sólo el sistema escolar, en la competitividad; en ocasiones, desde los cuatro meses (guarderías; porque no todas son iguales; algunas preparan mejor, ¡vale!); hoy tenemos un porcentaje de la población con titulación superior (universidad o formación profesional) similar al resto de los países de Europa occidental (¿ya no se usa esta denominación, verdad?), luego nos faltan o nos faltarán titulados superiores en breve tiempo. (En Alemania no solo les faltan, sino que se ha convertido en política de estado el buscarlos fuera del país).
Un inciso sobre el numerus clausus. Hace, quizás más de diez años, en una cena a la que fui invitado para no desairar a otro invitado, no porque yo pintara nada en ella; estaban presentes cinco rectores o exrectores de universidad. Ninguno de ellos conocía la pirámide edad, e ignoran, por tanto, que muy pronto empezarían a perder alumnado. Se rieron cuando se lo comenté; total, yo solo era director de "enseñanzas medias"; todavía utilizaban esa nomenclatura. Eran, o habían sido, rectores; uno de ellos presi de la CRUE.
El ministerio de Cruz Martínez Esteruelas, el siguiente al del calendario juliano, se cargó la formación profesional; cuando el desarrollo de la fp, sustituyendo a la maestría industrial y al PPO, era uno de los objetivos políticos de la LGE de 1970. Hoy nuestra economía, según dicen los datos, necesita, si queremos salir del hoyo, aumentar drásticamente el número de personas con titulación de grado medio. Ya hacían falta en los planes de desarrollo; de ahí la reforma educativa, ¡escolar!.
No se qué fechas se introdujo, introdujimos, en la elección de optativas en el BUP ya, el criterio de más o menos salidas; una forma de enviar el mensaje de que cuantas más salidas posibles, más opciones de tener un empleo al concluir; y las que menos salidas... Es verdad que utilizamos "salidas" en vez de "salario". Hoy, dicen, no tienen ni salida ni salarios.
Tampoco puedo precisar la fecha; hacia 1985-90; decidieron los "pedagogos" que para enseñar a pensar era imprescindible no enseñar, y por lo tanto no tenían que estudiar, "contenidos"; sólo enseñar a pensar. Creo que es algo que al autor del mejor método, según mi criterio, de enseñar a pensar, Lippman, ni siquiera lo habría soñado. ¿Cómo enseñar a pensar sin contenidos, sin nada sobre lo que pensar? ¿Sin información y memoria de la misma que posibilite un pensamiento coherente?
Ha habido más decisiones difíciles del calibre de estas cuatro; seguro. Me encantaría conocerlas. Debimos empezar a cuestionarnos el sistema escolar mucho antes, ¿no? Porque cualquier reforma o mejora del sistema escolar que se quiera introducir tarde 20 años en empezar a dar resultados; también debe de ser cierto que, como siempre, los platos rotos los han y están pagando los hijos de los "menos ricos"; los hijos de los ricos han tenido otros recursos a sus pies para corregir a tiempo las carencias del "sistema".
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