lunes, 20 de mayo de 2013

Coordenadas del debate sobre el sistema escolar.

La aprobación por el Consejo de Ministros del proyecto de la LOMCE, y hoy, lunes, sobre todo por aquello de que el fin de semana es sagrado y ni laboral ni lectivo, ha disparado, no un debate sobre el sistema escolar y la reforma propuesta del PP, curiosamente en un único artículo de modificaciones del sistema escolar del PSOE, en un intento inútil de dimensionar a la baja la propuesta del PP, repito ha disparado un debate diseñada sobre eslóganes, con el tema de las clases de religión, no menor ideológicamente, pero solo uno de los que plantea la LOMCE.  

Mi admirado escritor, todavía y a pesar de los errores que acumula, conocidos porque es personaje público, JA Marina, en El Mundo de ayer, pretende reordenar, desde la autoridad del Centro de investigación educativa que dirige, es decir, amprado por una institución, como poniendo a salvo su opinión, planteando cuatro preguntas: ¿qué hay que enseñar? ¿cómo debe hacerse? ¿quién debe hacerlo? ¿dónde hacerlo? Sus repuestas, no por obvias y  evidentes, son menos importantes: contenidos que formen ciudadanos competentes; metodologías más eficaces y mejorando la gestión educativa; docentes con la formación "precisa" (la comillas son mías) para practicar las dos respuestas anteriores; en centros con mayor autonomía y bajo rigurosa evaluación. Añade, en su contribución periodística con el peliagudo asunto de ¿qué historia hay que enseñar?, y nos invita a participar en estos debates.

En una de las entradas de este blog, que ya no sé encontrar ni yo mismo, hice, creo recordar, un planteamiento más sencillo de plantear, un tanto más hondo y con la pretensión de no encorsetar demasiado, a ser posible, nada, el sistema escolar. Lo de la investigación educativa,opino, está muy lejos del debate sobre el sistema escolar, que es lo que la LOMCE, LODE y demás han planteado. Mi esquema de debate partiría de determinar, con la brevedad de unas pocas palabras, el fin o los fines de la ley que se puede plantear; la Ley General de Educación de 1970 pretendía suministrar el mercado de trabajo mano de obra mejor preparada, la LODE de 1985 extender el sistema escolar a la totalidad de la población hasta los 18 años (porque admitía dos repeticiones de curso). ¿Cuál es el fin último de la LOMCE? Me he leído despacio el tercer borrador del proyecto, y no sé resumir en tres palabras lo que pretende. En segundo lugar arbitrar instituciones y procesos adecuados al fin o fines que se pretenden; en el transfondo de este segundo paso late la necesidad de libertad de acción para cada institución, no solo autonomía, y ya sé que es difícil deslindar autonomía y libertad, pero la autonomía admite limitaciones, y la libertad no admite barreras; bueno, sí, una única que se mide por los medio y los fines, salvando la dignidad de los medios, sin admitir justificación de los mismos en la consecución de los fines; la LOMCE flirtea con el incremneto de poderes de los directores de los centros e instituciones, pero solo flirtea.  En tercer lugar, admitiendo la libertad institucional del segundo, elegir bases pedagógicas solventes y viables; la gran virtud de la LGE de 1970 es que dejó libertad  a las instituciones en las decisiones pedagógicas y metodológicas; solo el equipo que relevó al autor de la lay se casó, en matrimonio monogámico y dogmático, con las teoría de Piaget; la LODE hizo lo mismo, pero en vez de por la vía de los hechos consumados en el desarrollo normativo de la Ley, en la misma ley orgánica, uniéndose indisolublemente con el constructivismo de Ausubel; la LOMCE, en sus múltiples derivadas sobre los métodos pedagógicos  a utilizar parece retornar a la regla en las manos del maestro, aunque la esconde en el último momento, no llega a dar, por ejemplo con las seis reválidas que asume en la práctica, aunque solo se venden cuatro.

En resumen. Mi propuesta es declarar sin ambages el fin o los fines de la ley; dejar su puesta en práctica en  la manos adultas y formadas de directores, profesores y demás personas que deambulan por el sistema escolar; dejar en manos de los profesores (lo de docentes no arregla la pérdida de los "maestros") la elección de los modos y recursos pedagógicos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario