sábado, 24 de agosto de 2013

Desagonía personal (IV).

Calidad y excelencia - bueno, más preciso, "mejorar la calidad". Son las dos palabras, no sé si conceptos en la mente del que firma como autor de la LOMCE, con las que el tertuliano ascendido a ministro persigue, incluso con saña y algún que otro cabreo, a todo aquel que no traga con una reforma que, como es previsible, va a jivarizar el sistema educativo, escolar para mi.

Para mejorar la calidad del sistema educativo, lo primerito: saber qué cosa es eso de la calidad. Desde la boutade filosófica de los del marketing, que acordaron que "bueno es lo que se vende", como si lo que se pone a l venta lo decidieran los que compran. Con esta definición de calidad el Sr. Wert lo tendría ganado; en primaria y secundaria hay escolarización del cien por cien. ¿Qué pretende vender el tertuliano ascendido a ministro? Desde su perspectiva de sociometra, y si añadimos lo de la "mejora", se mejorará la calidad midiendo lo que se puede medir; a contario, lo que no se puede medir, no se puede mejorar. Es otro concepto aportado por los grandes de la organización empresarial, sobre todo del automóvil; lo que no se puede medir, no se puede mejorar, luego lo que no se puede medir no entra en el comcepto de calidad. La LOMCE propone medir lo que es medible: resultados académicos; y lo va a medir con un instrumento de medición más que discutible -si todavía va revisando la unidad de medida "metro"- que son las "pruebas diagnósticas", id est, mediante tests, compuesto de "aitims" (items, pronunciado en inglés, que da más garantía). Así no medirá nadie nunca, nunca, la calidad del sistema educativo, y tampoco el del sistema escolar, porque el escolar es parte del sistema educativo. Los análisis, baremaciones, interpretaciones, barras en el eje de abscisas, etc. llenarán paginas y páginas; es una manera de marear la perdíz.

Aunque están recogidas en este blog, voy a copiar dos textos que sí definen la calidad en educación, y dan muchas pistas para mejorarla.


Al venir a esta escuela os comprometéis a una tarea no tanto de adquisición de conocimientos cuanto de realización de esfuerzos intelectuales mientras os sometéis a la crítica. Podéis conseguir cierto caudal de conocimientos; y no debéis lamentaros por la horas empleadas en acumular lo que acabaréis por olvidar, pues la sombra del conocimiento perdido al menos os protegerá de muchas ilusiones. Pero venís a una gran escuela no para adquirir conocimiento , sino para adquirir artes y hábitos: el hábito de la atención, el arte de la expresión. el arte de daros cuenta en un simple momento de una nueva idea, el hábito de someteros a censura y refutación, el arte de indicar asentimiento y desacuerdo de manera graduada y medida, el hábito de fijaros en los detalles con exactitud, el hábito de saber hacer las cosas a su tiempo, el gusto y la discriminación, el valor mental y la sobriedad mental. Sobre todo, venís a una gran escuela para conseguir el conocimiento de vosotros mismos.

Quien quiera tener más datos de esta cita, pues a la entrada del 24 de febrero de 2010 en este mismo blog.

La segunda es de Albert Camus, en la carta que escribe a su maestro de primaria de Argel, tras recibir el premio Nobel de Literatura:

19 de noviembre de 1957

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días
antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que
no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi
madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño
pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de
todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero
ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue
siendo para mi, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón
generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños
escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Le abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus.

Los fines y los medios. Profesores y amueblar la azotea de los alumnos. Estos son los caminos para mejorar la calidad del sistema educativo, escolar para mi. No busque más, Sr. Wert, la sociometría no hará mejores (ética) a los alumnos, pero tampoco conseguirá que sepan más (conocimiento integrado).

Sobre la excelencia, otro rato. Pero entre tanto podría ir leyendo a Aurelio Arteta, y no a los gurús del management.



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