Transcribo el tal punto 3:
3. El más importante de estos procesos es "un método de enseñanza". Debe acordarse, debe ser público, y debe dejar margen amplio a cada profesor; pero no pueden cambiar los alumnos de colegio, porque cambian de profesor.
Hice bien al usar las comillas; no con la intención de resaltar ni lo de un, ni lo de método, ni lo de enseñanza. Algo inconscientemente, me metí yo sólo en un berenjenal, y por eso puse las comillas, que hoy, varios meses después, entiendo que deben ser leídas con cierta ironía. Métodos de enseñanza que aseguran corregir todos los errores de los anteriores, y ser a la vez el ungüento mágico salvador, surgen por doquier todos los años. Es posible que baste un ejemplo; hace unos cuantos años, y creo que sigue el asunto igual, se puso de moda organizar las aulas, y el trabajo de los alumnos, de Educación Infantil "por rincones", luego María Montessori a toda vela; ¿por qué?, pues porque en todos los cursillos, cursillitos, etc. impartidos a los noveles docentes de infantil se les enseñaba a hacerlo así. Y funciona el método; pero sólo un pequeño porcentaje del magisterio de infantil había leído a Montessori, luego pueden mimetizar lo que les han contado, pero nunca coger el timón del método dentro del aula.
Tras la ley de 1970, desde el ministerio de educación, con MªÁngeles Galino a la cabeza, y a través de las editoriales, se impuso en la EGB el trabajo mediante fichas. Era un método que funcionaba perfectamente en los colegios de las Teresianas del P.Poveda, porque lo conocían y sabían utilizarlo: La extensión por decreto a todos los maestros no benefició el aprendizaje de los alumnos, porque además de memorizar las lecciones tenían que hacer fichas.
Con Lora Tamayo de Ministro, se estableció, por decreto, un nuevo horario colegial al implantar las unidades didácticas de una hora y media, con el fin de que el profesor pudiera explicar, y los alumnos tuvieran, a continuación, tiempo para estudiar y hacer los deberes. Mágico.
Y si nos introducimos en el conductismo, congnitivismo, constructivismo, etc. nos encontramos con sistemas complejos, no ya con métodos didácticos.
No podemos olvidar las diatribas contra el aprendizaje de memoria (Montaigne, Voltaire, Gógol, etc., que yo conozca). Tampoco la confusión que deben vivir los alumnos cuando se le dice que el inglés se aprende hablando y escribiendo al igual que aprendiste el español, y en clase de lengua española le hinchan a gramática, no le dejan hablar porque interrumpe, y escribe poco, ya que corregir tantos ejercicios es imposible.
"Aprender a aprender" es otra frase curiosa que, cuando menos es tautológica. Aprender a aprender solo es posible "aprendiendo", luego basta con aprender. Derivada; lo importante es que sepan buscar la información; ¿y si no sabes nada de un tema dónde buscas, qué información es relevante?
Y qué decir del reiterado mensaje a los profesores de que tienen que ser creativos e innovadores; vamos que tienen que inventar recursos (no métodos) didácticos (no pedagógicos) constantemente. ¿Qué se entiende por creativo? ¿Qué se entiende por innovador? ¿Hasta cuándo hay que serlo? ¿Cuándo ya no será posible innovar? Suena a lo de la "mejora continua", de la entrada anterior. Innovar permanentemente y mejorar continuamente, ¿cómo se come eso?
No por ser un mero detalle, deja de tener su chispa lo del "catecismo nacional" de Saint-Simon y el "catecismo político" de Cabarrús. Ambos apoyados en la "enseñanza" mutua" de Lancaster. Si resulta que las aulas de treinta alumnos es una solución económica (economía de escala); es más eficiente enseñar a treinta a la vez, que de uno en uno, y además los alumnos aprenden unos de otros, e incluso se establece la emulación; con esta argumentación se decidió en la época de Lancaster que el número ideal para un aula era de 30 alumnos.
¿Multidisciplinariedad o interdisciplinariedad? Se predican ambas en un mondo en el que las disciplinas han desaparecido, porque son "áreas de aprendizaje"; luego "multiáreasdeaprendizaje" y "interáreasddeaprendizaje".
Doctores hay sobre estos temas, y libros publicados a barullo. Una pizca de ironía con aspectos mínimos del asunto, no le resta importancia, pero es posible que lo coloque en su sitio. "Método de enseñanza"; quizás sea mejor para mis intenciones rebajarlo a un "cierto estilo de enseñanza", y, por consiguiente, de aprendizaje.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? "Pedagogía activa", lo admito; ¿y qué significa lo de activa?, pues muy sencillo, que lo haga el alumno, frente a la lección magistral de una hora. No es necesario cargar de actividades durante una hora cada profesor; así no se aprende ni se enseña; eso es únicamente "hacer actividades una detrás de otra", o sea activismo; agotador, irrelevante, negativo. Me permito una boutade; ¿cuántas sumas debe hacer un niño para aprender a sumar? Una, solo una; para sumar rápido muchas, pero no vale la pena, hay calculadoras; es más eficaz hacer una suma diaria, que cinco los viernes; es más eficaz que cada profe de un curso pida una redacción al mes, y se corrija con detalle y comentarios, que el profe de lengua exija una redacción a la semana. Esto es, entiendo, pedagogía activa; se complica bastante, imposible diría yo, cuando los curricula se hinchan hasta casi explotar; en esos momentos, a partir de 3º de ESO en estas fechas, zafarrancho de combate; porque, además de la cantidad de áreas de aprendizaje (13 en 3º de ESO), cada área se convierte en hectárea.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? Breve; que todos los profes de "filtiré", por ejemplo para no ofender, acuerden y cumplan el esquema de trabajo en el aula y fuera del aula; que todos los jefes de seminario compartan estos acuerdos, y coordinen su conjunción en el tiempo real de clase y de estudio en casa, y a lo largo de toda la escolaridad del colegio. Que el equipo de dirección conozca y estudie el resultado, acotando, recortando, encajando.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? Si es cierto, como parece, que la autoconciencia (conciencia de si mismo) es posible por el lenguaje y la memoria, para aprender dónde está ese yo mismo, cómo es su entorno, con qué leyes se rige, su historia, etc. habrá que recurrir al lenguaje y a la memoria. Si la existencia de la autoconciencia se usa como escalón hasta el ESSE (el Ser en acto), también nos puede servir para conocer qué es necesario en el proceso enseñanza/aprendizaje.
"Aprender a aprender" es otra frase curiosa que, cuando menos es tautológica. Aprender a aprender solo es posible "aprendiendo", luego basta con aprender. Derivada; lo importante es que sepan buscar la información; ¿y si no sabes nada de un tema dónde buscas, qué información es relevante?
Y qué decir del reiterado mensaje a los profesores de que tienen que ser creativos e innovadores; vamos que tienen que inventar recursos (no métodos) didácticos (no pedagógicos) constantemente. ¿Qué se entiende por creativo? ¿Qué se entiende por innovador? ¿Hasta cuándo hay que serlo? ¿Cuándo ya no será posible innovar? Suena a lo de la "mejora continua", de la entrada anterior. Innovar permanentemente y mejorar continuamente, ¿cómo se come eso?
No por ser un mero detalle, deja de tener su chispa lo del "catecismo nacional" de Saint-Simon y el "catecismo político" de Cabarrús. Ambos apoyados en la "enseñanza" mutua" de Lancaster. Si resulta que las aulas de treinta alumnos es una solución económica (economía de escala); es más eficiente enseñar a treinta a la vez, que de uno en uno, y además los alumnos aprenden unos de otros, e incluso se establece la emulación; con esta argumentación se decidió en la época de Lancaster que el número ideal para un aula era de 30 alumnos.
¿Multidisciplinariedad o interdisciplinariedad? Se predican ambas en un mondo en el que las disciplinas han desaparecido, porque son "áreas de aprendizaje"; luego "multiáreasdeaprendizaje" y "interáreasddeaprendizaje".
Doctores hay sobre estos temas, y libros publicados a barullo. Una pizca de ironía con aspectos mínimos del asunto, no le resta importancia, pero es posible que lo coloque en su sitio. "Método de enseñanza"; quizás sea mejor para mis intenciones rebajarlo a un "cierto estilo de enseñanza", y, por consiguiente, de aprendizaje.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? "Pedagogía activa", lo admito; ¿y qué significa lo de activa?, pues muy sencillo, que lo haga el alumno, frente a la lección magistral de una hora. No es necesario cargar de actividades durante una hora cada profesor; así no se aprende ni se enseña; eso es únicamente "hacer actividades una detrás de otra", o sea activismo; agotador, irrelevante, negativo. Me permito una boutade; ¿cuántas sumas debe hacer un niño para aprender a sumar? Una, solo una; para sumar rápido muchas, pero no vale la pena, hay calculadoras; es más eficaz hacer una suma diaria, que cinco los viernes; es más eficaz que cada profe de un curso pida una redacción al mes, y se corrija con detalle y comentarios, que el profe de lengua exija una redacción a la semana. Esto es, entiendo, pedagogía activa; se complica bastante, imposible diría yo, cuando los curricula se hinchan hasta casi explotar; en esos momentos, a partir de 3º de ESO en estas fechas, zafarrancho de combate; porque, además de la cantidad de áreas de aprendizaje (13 en 3º de ESO), cada área se convierte en hectárea.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? Breve; que todos los profes de "filtiré", por ejemplo para no ofender, acuerden y cumplan el esquema de trabajo en el aula y fuera del aula; que todos los jefes de seminario compartan estos acuerdos, y coordinen su conjunción en el tiempo real de clase y de estudio en casa, y a lo largo de toda la escolaridad del colegio. Que el equipo de dirección conozca y estudie el resultado, acotando, recortando, encajando.
¿Qué estilo de aprendizaje/enseñanza? Si es cierto, como parece, que la autoconciencia (conciencia de si mismo) es posible por el lenguaje y la memoria, para aprender dónde está ese yo mismo, cómo es su entorno, con qué leyes se rige, su historia, etc. habrá que recurrir al lenguaje y a la memoria. Si la existencia de la autoconciencia se usa como escalón hasta el ESSE (el Ser en acto), también nos puede servir para conocer qué es necesario en el proceso enseñanza/aprendizaje.
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