domingo, 26 de marzo de 2017

Nuevos paquetes para los colegios.

En primer lugar doble titulación, de un mismo artículo. En la edición de El País en papel el título del artículo es "Colegios y corsarios"; el título de la edición digital: "Contra la piratería: educación". Por eso me ha constado dar dos pasadas a la edición digital para encontrar el artículo que buscaba. Es más claro el segundo título; el título de la edición en papel es bastante más llamativo, y se presta a varias interpretaciones.

No uno, sino dos "paquetes" nuevos a incorporar a los programas educativos del sistema escolar, de los colegios. Primero, "contundentes campañas de concienciación en los colegios" contra "los corsarios del contenido cultural"; es decir, enseñar a los alumnos que no se deben piratear gratis contenido culturales. Segundo paquete, "una reacción ante el hecho cultural que responde al saldillo que padece la cultura en el tejido ciudadano. Y valorar eso  también es una tarea que ha de trabajarse en los colegios".

Nadie, y yo tampoco, dudará de la buenísima intención de la propuesta. Estoy de acuerdo, y si así conviene la firmo. No escribo la conjunción adversativa porque no pretendo oponerme a las dos propuestas que acabarán, al final de trayecto administrativo, en las manos de los profesores. Creo que estas propuestas deben ir a manos de los diputados de la subcomisión de la comisión de educación del Congreso  para el pacto educativo.

En los años sesenta del siglo pasado vivimos campañas para que se enseñara en los colegio "lenguaje cinematográfico"; no hubo nunca reclamación para enseñar el lenguaje teatral; nació esta propuesta en el semana de cine de Valladolid. También unos años después, pocos, los colegios oficiales de economistas reclamaron la enseñanza de economía en los colegios. Ambas acabaron entrando entre las optativas de 2º y 3º de BUP. 

Como ya he escrito en este blog, algunos tenemos el convencimiento de que cada vez que hay un problema en la sociedad, todas las miradas enfocan al sistema escolar para que, por lo menos, ayude a solucionarlo en las siguientes generaciones, dejando a los ciudadanos adultos, que hacen la reclamación, libres de responsabilidad social o/y política.

Para que estas dos propuestas del artículo "linkado" tuvieran un buen fin se necesita, para empezar, que todas las personas que deben intervenir en el proceso administrativo, comenzando por el Ministro del ramo, den ejemplo permanente de no tropezar ni en la piratería  ni en la minusvaloración de lo cultural. Con este proceso se consigue que los profesores ni clamen en el desierto ni evidencien un alto grado de cinismo social. Pero, y ahora sí, qué hacemos con todos los ciudadanos que seguirán pirateando productos culturales porque creen que no tienen valor económico.






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