martes, 15 de febrero de 2011

¿Por qué sistema "escolar"?

Lo de "sistema" también sería, es, discutible porque yo nunca he percibido que fuera un sistema; pero si admitimos que el caos dentro de los fractales es un sistema, entonces también el escolar puede ser un sistema, pero que cumple o consigue fines diferentes, incluso divergentes, de los propuestos. Pero ahora pretendo jugar un ratillo con lo de "escolar".

Es unánime, perece, aceptar que el término escuela, y el derivado escolar, proviene  del vocablo  griego "scholé", que significa muchas cosas según el diccionario: tiempo libre, descanso, vacación, ocio; paz, tranquilidad; estudio (en el sentido de dedicación); tregua; lentitud, pereza, inactividad, dilación. El diccionario etimológico de Corominas elige sólo: ocio, tiempo libre, estudio.Y del griego pasa al latín,  "schola", significando:  ocio consagrado al estudio, lección, curso, conferencia; lugar en el que se enseña, escuela; secta, escuela. Es una historia conocida por todos.

Parece ser que no es la única opción. Podría, jugando, proceder del germánico neerlandés "school", que significa multitud, bandada de peces. Pero he encontrado una más divertida, y que se pliega más a la imagen que a veces se da de los son las clases de las enseñanzas medias.Está en WATSON, Peter, Ideas. Historia intelectual de la Humanidad, Crítica, Barcelona, 1 edic. en rústica, 2008, en la página 294, copio textual: Fueron las notas o escolios (scholia) que los estudiosos escribían en los márgenes alejandrinos los que dieron  origen a nuestra palabras escuela y escolar y a los términos ingleses scholar y scholarship, erudición. No tengo más remedio que recalcar la última palabra de la cita: erudición. ¡Vaya!

Pero dice más, y transcribo, sin cursiva para su mejor lectura, aunque sea larga la cita; en las páginas 334 y ss.:

"...provienen en realidad (escuela y escolar; scholar y scholarship) de la costumbre medieval de escribir comentarios críticos y observaciones en los márgenes de los libros, comentarios que se conocían como scholia, escolios. Pero, como ya se indicado antes, la práctica de la crítica y el comentario empezó en la gran biblioteca de Alejandría, y empezó allí por las características particulares de los libros antiguos, los rollos. Éstos se fabricaban con tiras de papiro, hecho a partir de la pulpa fibrosa de los juncos que crecían por todos  lados en el delta del Nilo. Dos capas, perpendiculares entre sí, se prensaban para formar hojas, que se pegaban una detrás de otra para formar rollos; la primera de ellas se conocía como "protocol" y la última como "schatacol". La hoja media podía albergar una columna de texto escrito de veinte o veinticinco centímetros de alto, lo que significaba entre veinticinco y cuarenta y cinco renglones. En tiempos de escasez, cuando, como hemos visto, el gobierno egipcio prohibió la exportación de papiro en un intento de controlar la producción de libros, se usaron pieles de animales, en particular en Pérgamo, de donde viene el término "pergamino". Los papiros se escribían , en su mayoría, por una sola cara. Esto se debía en parte a que los escribas preferían escribir sólo en la veta de la página, y en parte a que en un rollo lo escrito en la cara posterior se habría perdido con rapidez. A medida que avanzaba  en el texto, el lector desenrollaba el rollo gradualmente y lo enrollaba en sentido inverso, con lo que al finalizar el rollo tenía que ser devuelto a su estado original antes de otro lector pudiera utilizarlo de nuevo. Esto era un serio inconveniente, ya que algunos rollos podían medir hasta diez metro de largo, y el continuo reenrollado  acortaba la vida de los rollos. Otro inconveniente era que cuando un autor decidía citar a otro, era muy probable que, en lugar de molestarse desenrollando el rollo pertinente, prefiriera confiar en su memoria. Copiar los textos era, por tanto, mucho más difícil de lo que a primera vista parece y el hecho de que la puntuación fuera rudimentaria, cuando no inexistente, no lo hacía precisamente más fácil. Por ejemplo, los textos se escribían sin división entre palabras (una práctica que no se sistematizaría hasta la Edad Media), en las obras de teatro los cambios de personajes no siempre aparecían indicados con claridad (se utilizaba una linea horizontal, como un guión, al comienzo del parlamento, pero con el paso de los años éstas corrían el riesgo de borrarse, y además el nombre del personaje  podía omitirse por completo). Fueron las confusiones e imprecisiones que creaban este conjunto de circunstancias las que contribuyeron al nacimiento del estudio de los textos como disciplina. (....) En primera instancia, se introdujeron varios signos críticos, que se escribían en el margen de los textos y remitían  al lector al lugar indicado del comentario (serían signos marginales los que luego se convertirían  en scholia). El más destacado de estos signos críticos fue el obelos, una barra horizontal colocada en el margen a la izquierda del verso para indicar que era espurio. Entre los demás signos estaban el diple (  ), para llamar la atención sobre un elemento sobresaliente de contenido  o de lenguaje, el antisigma  (   ), para señalar que el orden de los renglones había sido alterado, y el asteriskos (*), en el que se marca un pasaje repetido de forma incorrecta en algún otro lado.

El lector de este blog que haya llegado hasta aquí, habrá comprobado el riesgo de la erudición, posible significado, en su origen, del término "escolar".

Cura ut valeas.

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