Albert Camus murió en un accidente del coche en 1960; tres años después de ser premiado con el Nobel de literatura. En ese coche había un manuscrito inconcluso: La premier homme, que se publicó en 1994 (en Francia, Gallimard; en España, colección Andanzas). En ese volumen (manejo la segunda edición española en Tusquets Editores S.A., colección Fábula, Barcelona 1998) se incluyen al final una carta de Camus a su maestro de primaria en Argel, de fecha 19.11.1956 (muy poco después de obtener el Nobel), y una del Sr. Germain Louis, el maestro de Camus., de 30 abril de 1959.
Las tres (el libro y las dos cartas) son muy interesantes. Transcribo la carta de Camus a su Maestro de Primaria; página 295 del volumen citado.
19 de noviembre de 1957
Querido señor Germain:
Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días
antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que
no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi
madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño
pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de
todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero
ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue
siendo para mi, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón
generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños
escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.
Le abrazo con todas mis fuerzas.
Albert Camus.
No tiene desperdicio ni una palabra de la carta. Siempre que leo esta carta, y lo he hecho muchas veces en privado y en público, me emociono desde la punta de los dedos de los pies hasta el último pelo de la cabeza. Camus explica qué y cuánto es "sin usted": "sin la mano afectuosa,..,sin su enseñanza y su ejemplo". También concreta qué y cómo es el trabajo de un Maestro: "sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso".
La carta del Sr, Germain no es respuesta a la de Camus, pero es muy interesante leerla hoy, cuando todavía algunos esperamos vivir en un estado realmente laico, y se queja el Maestro de que han repuesto el crucifijo en algunas aulas. Hay muchos párrafos del libro de Camus interesantes, pero escojo unas líneas de las págs. 128 y 129, porque es la única vez, en todo el libro autobiográfico, que cita al Maestro de la novela por su nombre verdadero:
En la clase del señor Germain, sentían por primera vez que existían y que
eran objeto de la más alta consideración: se los juzgaba dignos de descubrir
el mundo. Más aún, el maestro no se dedicaba solamente a enseñarles lo que
le pagaban para que enseñara: los acogía con simplicidad en su vida
personal, la vivía con ellos contándoles su infancia y la historia de
otros niños que había conocido, les exponía sus propios puntos
de vista, no sus ideas, pues siendo, por ejemplo, anticlerical como
muchos de sus colegas, nunca decía en clase una sola palabra
contra la religión ni contra nada de lo que podía ser objeto
de un elección o de una convicción, y en cambio condenaba con la mayor
energía lo que no admitía discusión: el robo, la delación, la indelicadeza,
la suciedad.
Vale. (El vale de Cicerón; no el "vale" de hoy día).