Ni volver ni salir corriendo hacia adelante. Lo que hoy es el sistema escolar tiene muchos antecedentes históricos; tantos cuantos queramos encontrar, y si no nos gustan, o no alcanza los esperados, los resultados, no valen ninguna de las soluciones que se resumen en dos: volver al inicio, es decir, a los años tras la segunda guerra mundial, o salir corriendo, como huyendo. El sistema escolar "nacional" o público, surgido después de la IIGM, tiene dos objetivos importantes: la escolaridad del total de la población y la equidad. Pero los resultados no satisfacen porque en aras de esos dos objetivos se han quemado, o perdido, otras cosas. La solución es encontrar un sistema escolar nuevo, que se adapte a lo que se quiere conseguir.
Insisto en la definición de educación de Durkheim. Pero no podemos aceptar que la educación es cosa de toda la tribu; porque de esta forma restamos responsabilidades a la familia y a la escuela, que son los dos agentes educativos imprescindibles. La familia porque pone las bases de la socialización, y porque la escuela socializa. ¿Qué entendemos por socializar? Pues hay que repetir la definición de Durkheim: ocupar un puesto en su sociedad.
La escuela, el sistema escolar, debe transmitir: conocimientos, conductas, hábitos y los principios que sustentan esas conductas y esos hábitos. Estudio (dedicación, en el original latino) para llegar a los conocimientos, y disciplina para llegar a cumplir los deberes sociales, que no son otros que el reconocimiento de los derechos individuales de todos los demás.
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