domingo, 11 de marzo de 2012

"A por la excelencia".

Me parece que hay mucho pitorreo con el eslogan de la Presidenta de la CAM (Comunidad, no caja de ahorros) y la Consejera de Educación de la misma CAM.  Dicen, creo, que defienden la excelencia en el sistema escolar. ¿Saben de qué hablan al usar la palabra excelencia?

Doy por descontado que no pretenden que se trate a los alumnos con mejor nota media con la fórmula de "excelencia", en vez del Ud. o del tú. No creo que estén hablando del tratamiento. Pero es una opción del término.

No parece tampoco que, al igual que Tom Peters, "vayan en búsqueda de la excelencia". Sí, aludo al libro del autor citado,  publicado en el primer quinquenio de la década de los ochenta, que nos puso de modelo, a admirar e imitar, a una serie de empresas que unos años después o se fueron al garete, o les pillaron haciendo trampas o robando, o que solo pasaron por dificultades muy serias; de todo ha habido. No he encontrado este libro en mis "estantes", pero sí uno gordísimo, de casi mil páginas, titulado "Reinventando la excelencia", publicado en inglés en 1992; un decenio después de ir a la búsqueda de la excelencia, la teníamos que reinventar ya. Y otro de 1994, titulado "Nuevas organizaciones en tiempos de caos"; doce años buscando la excelencia y acabamos en el caos. No le vaya a pasar al sistema escolar de la CAM, que yendo tras la excelencia, acabe en el caos. Si ambos cargos, presidenta y consejera, caminaran por el camino de Peters, que nada tiene que ver con el autor del principio famoso, porque este se llamaba solo Peter, deberían conocer que en el año 2000 apareció en Alemania otro libro de "management", "Dirigir, rendir, vivir"· de Fredmund Malik, que rebajaba la excelencia a cumplir con las responsabilidades previstas; sin excelencias ni de tratamiento ni resultados.

Si no apuntan ambas ni al tratamiento ni a la búsqueda de la excelencia, será porque ya saben  qué y quiénes son excelentes, ya que han abierto un centro para alumnos excelentes; el criterio de selección, bastante modesto, es que tengan de nota media  notable o más. Buen viaje. 

El diccionario etimológico de Corominas, al que quiero mucho, al libro, claro, dice que excelente significa, tomado del latín, "sobresaliente, que excede de la talla de otro", "ser superior, sobresalir". Casares, en su diccionario ideológico, dice de excelente: "Que sobresale en bondad, mérito o estimación entre las cosas que son buenas en su misma especie. Tratamiento honorífico usado antiguamente. Moneda antigua de oro que valía dos castellanos". Excelencia, como acostumbran los diccionarios, es solo la calidad de excelente. Con una nota media de notable "se sobresale", pero no tanto como parece; bueno si se compara con los cuatro de cada diez que no tiene ni nota media, porque suspenden la ESO, es mucho sobresalir, sí. 

La nota media, criterio de selección usado por la CAM, será, entonces "sobresalir en mérito". Pero este mérito está reducido a un resultado numérico dado por profesores diversos, en centros diversos, a alumnos (y alumnas) diversos, siguiendo programas diversos, sin que se considere ningún factor corrector; luego se elige a bulto; además es voluntaria la incorporación a estos grupos de "excelentes". No debe de resultar fácil conseguir, o defender, la excelencia del sistema escolar con todas estas imprecisiones. ¿No parece pobre, dentro de un sistema que llaman "educativo", seleccionar únicamente por la nota media? Se han olvidado, por lo menos, de la bondad y de la estimación. A esta estimación, precisando más, algunos le llamamos admiración ante lo bueno, lo bello, lo justo.

La excelencia fue denominada arete en la Grecia antigua y hombre excelente era el que seguía el ideal aristocrático del kalos kai agathos, el que vivía como esencialmente compatibles entre sí lo bello, lo justo, lo útil y lo santo.(...) ...la excelencia humana reside en la elevación de lo que de común hay en los hombres, eludiendo las parcelas exclusivas de su subjetividad. (GOMÁ LANZÓN, Javier, Imitación y experiencia,  Pre-Textos, Valencia, 2003. Pág. 334).

Ni las empresas, que según Peters,  perseguían la excelencia resultaron ser excelentes, ni una nota media de expediente académico predice alguna excelencia. Pero en la CAM se seguirán abriendo aulas con alumnos y alumnas "excelentes", quemados tras el velo de la privatización del sistema, al igual que se abren todos los años centros de enseñanza bilingüe que no pueden enseñar en inglés o francés porque no hay suficientes profesores de historia o de física con el suficiente dominio de estas lenguas para explicar conceptos complejos.
 

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