Prosigo con el cabo cogido en la entrada anterior. La dignidad de la persona, verificada por la observancia de los derechos humanos, es, definición y contenido, de la ética laica, a la que sería mejor llamar ética humana, para descolgar todo jirón que pueda quedar de laicismo y religiosidad. La ética humana puede ser y existir, debe, ya que hablamos de ética, ser y existir, porque existe el otro, los otros. Cualquier ética religiosa se fundamenta, en primer lugar, en la existencia del Otro, dios, del que emana, o dimana, no sé cuál de los dos términos es mejor, todo el sistema moral.
Este esquema de la ética humana tiene, en el sistema escolar, unas consecuencias importantes. En primer lugar, y sobre todo, se resuelve el asunto estrella en estos últimos treinta o cuarenta años: la transmisión de valores. ¿Cómo? Porque las leyes, normas y usos sociales, junto con la conducta real de los adultos (padres, profesores, resto de profesionales que aparecen en la vida de los educandos, aunque sea ocasionalmente) con los que conviven el día entero, son, unas, los defensores de los derechos, y otros los que con su conducta enseñan cómo puede y debe comportarse una persona que no lo sabe y que quiere aprender.
Todas las normas y leyes son, o suelen ser, la geografía de los derechos humanos; definen, señalan con claridad, las líneas que no se pueden traspasar, porque si se traspasan desaparecen, por lo menos para el agredido, sus derechos humanos. Consiguientemente, los "reglamentos de régimen interior" que hay en todos los colegios pueden ser breves, inteligibles, cumplibles, y ventanales grandes que comunican con la realidad social; importante esto último, porque un colegio tiende, entraña, o puede convertirse, en un grupo aparte de la realidad social, algo parecido a un laboratorio. Estas normas internas de cada colegio, enmarcadas en el amplio margen de la ética humana, son fáciles de explicar y de fundamentar. Incluso, y por encima de todo, podemos decirles y demostrarlo que "nos hemos inventado los derechos humanos", los hombres...y las mujeres nos los hemos inventado; más: seguimos inventado otros e inventado versiones mejores e cada uno de ellos.
¿Por qué ética humana? Porque si la llamamos "laica" hemos caído en la trampa, entrando en el círculo de las religiones, por el camino del laicismo y del lenguaje de las religiones. Si todas las ciencias forman las "humanidades",, salvo la teología que es "divina", la ética también es humana.
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