domingo, 10 de abril de 2016

¿Qué educación se necesita? (Woolf, 1938)

"...la clase educación que se necesita. Dado que la historia y la biografía -únicas pruebas al alcance de alguien de fuera- parecen demostrar que la antigua educación de los antiguos colleges no promueve ni un especial respeto por la libertad ni un especial odio hacia la guerra, está claro que debe usted reconstruir un college diferente.  Su college es joven y pobre; aproveche pues esas cualidades y báselo en la pobreza y la juventud. Por lo tanto, evidentemente, tendrá que ser un college experimental, un college audaz. Constrúyalo siguiendo un estilo propio. No deberá construirse con piedra labrada y vidrios polícromos, sino con un material barato y de fácil combustión que no acumule polvo ni perpetúe tradiciones. Que no tenga capillas. Que no tenga museos ni bibliotecas con libros encadenados y ediciones príncipe en vitrinas. Que los cuadros y los libros sean nuevos y cambien a menudo. Que cada generación lo decore con sus propias manos de forma barata. El trabajo de los seres vivos es barato; a menudo lo afrocen solo para que se les permita hacerlo. Después, ¿qué se enseñará en el nuevo college, el college pobre? No las artes de dominar al prójimo ni las artes de gobernar, de matar, de adquirir capital y tierra. Requieren demasiados gastos generales; salarios, uniformes y ceremonias. El college pobre debe enseñar únicamente las artes que pueden enseñarse con poco coste y ser ejercidas por gente pobre, como la medicina, las matemáticas, la música, la pintura y la literatura. Debería enseñar las artes de la relación humana; el arte de comprender la vida y la mente del prójimo, y las artes menores de la conversación, el vestir, la cocina, que están ligadas con las anteriores. El nuevo college, el college barato, no debería tener por finalidad segregar y especializar, sino combinar. Debería explorar los modos en que pueda conseguirse que cuerpo y mente trabajen juntos; descubrir qué nuevas combinaciones dan lugar a buenas unidades en la vida humana. Los profesores deberían contratarse entre quienes gustan de la buena vida, así como entre los buenos pensadores. No sería difícil atraerlos. Porque no habría ninguna de  las barreras de riqueza y ceremonia, de publicidad y competencia por las que en la actualidad las universidades antiguas y opulentas son moradas incómodas: ciudades de discordia, ciudades donde esto está encerrado a cal y canto y aquello encadenado; donde nadie puede caminar ni hablar con libertad por temor a traspasar alguna raya trazada con tiza, a ofender a un dignatario. Pero si el college fuera pobre nada tendría que ofrecer; la competencia sería abolida. la vida sería abierta y fácil. Quienes aman el saber por sí mismo acudirían gustosos. Músicos, pintores, escritores enseñarían en ese college, porque en él aprenderían. ¿Qué sería de mayor ayuda para un escritor que conversar acerca del arte de la escritura con personas que no piensen en exámenes y títulos, en qué honor o provecho puede darles la literatura, sino en el arte en sí?

Y lo mismo cabe decir de las otras artes y de los otros artistas. Acudirían al college pobre para ejercer sus artes porque  serían un ligar de vida social libre; no dividido en parcelas basadas en las miserables distinciones de ricos y pobres, de inteligentes y estúpidos; sino un lugar en el que los diversos grados y clases del mérito de la mente, el cuerpo y el alma cooperarían. Fundemos pues este nuevo college, este college pobre; en el que se busca el aprendizaje por sí mismo; donde se ha abolido la publicidad; y no hay títulos; y no se dan conferencias ni se predican sermones, ni las antiguas vanidades y desfiles envenenados que engendran competencia y recelo..."

(WOOLF, Virgina, Tres guineas, Random House Mondadori, S.A. , Lumen (Ensayo), Barcelona, 1999. Págs. 57-59