Acabo de leer, no sé si de entender, la fórmula de actualización de las pensiones; está claro que no puede dar un resultado positivo; como mucho, un resultado de "crecimiento negativo", o lo que es casi lo mismo, "un calor-frío". La tal fórmula me ha recordado que cualquier año de estos caerá sobre los que reciben algún euro de la administración pública, la debatida les de transparencia.
Seguro que tendrá muchos más recovecos que la fórmula de las pensiones. Pero lo más grave me parece ser que la "transparencia" no es sinónimo de honradez y dignidad; se puede robar con transparencia o con opacidad, y robar a la vista de todos, además de añadirle algo de morbo, lo digo por lo de la transparencia, permite dejar olvidadas entre la multitud la honradez y la dignidad. Cinco días para modificar la constitución, y meses -¿años?- para decidir qué cosas pueden ser públicas. Suerte que ha tenido el tertuliano ascendido a ministro de publicar su LOMCE antes de la ley de transparencia.