lunes, 7 de octubre de 2013

Penúltima lectura del proyecto de la LOMCE.

Han blanqueado la fachada, que no es poco en estas fechas de "democracia de los elegidos por mayoría absoluta". Solo tres frases del preámbulo:

Como nunca hasta ahora la educación ha tenido la posibilidad de ser un elemento tan determinante de la equidad y del bienestar social.


La principal amenaza a la que en sostenibilidad  se enfrentan las sociedades desarrolladas es la fractura del conocimiento, esto es, la fractura  entre los que disponen de los conocimientos, competencias y habilidades para aprender y hacer, y hacer aprendiendo, y los que quedan excluidos. 

Las pruebas (se refiere a las evaluaciones externas de fin de etapa)..., y deberán excluir la posibilidad de cualquier tipo de adiestramiento para su preparación.

Las negritas son mías, por supuesto; es posible que todas las palabras de estas tres frases deberían ir en negrita. Se pueden elegir otras muchas. Hoy, ahora precisamente, se conjuran los astros para que la educación sea más determinante que nunca. La fractura del conocimiento, según tengo entendido desde hace años, se refiere a la diversificación de especialidades casi en compartimentos estancos; a lo que se refiere esta frase, creo, se llama desigualdad. ¿Cómo las pruebas, o reválidas, pueden excluir que los Profesores se dediquen a preparar a sus alumnos para responder con éxito a estas mismas pruebas?, ¿o quién y cómo puede excluir la preparación ante una prueba?, ¿no se preparan las oposiciones?.

Hasta que se apruebe: primum vivere et legere deinde scribere. ¡Vale!