sábado, 6 de abril de 2013

Mirar, imitar, emular, admirar.

Estas acciones forman parte de todo el proceso de crecimiento y desarrollo de las personas, es decir, de la educación, que exige, además, actos voluntarios de educar por parte del educador y educadores; pero nos quedamos con los cuatro verbos del título.

Los cuatro suponen que hay alguien a quien mirar, conductas que imitar, voluntad del educando para emular (imitar,e incluso mejorar) a otros, y también admirar las conductas y a las personas. Pero es que, además, estos cuatro verbos son las entretelas de la vida social. Tengo dos amigos que actúan de sociólogos, y saben que están  en el terreno que ha posibilitado la evolución hasta el homo sapiens; el desarrollo de las relaciones sociales -desde el grupo tribal de 50 o 100 personas, hasta el mundialización actual, si es que existe de verdad- han posibilitado la evolución de la persona y de la sociedad hasta lo que hoy vemos y vivimos. Educar es enseñar/aprender a vivir en sociedad; ¿quiénes son imitables hoy? ¿cuáles  son los modelos, desaparecidos los "mayores" de la tribu?

Lo tienen muy complicado todos los que nacen en esta sociedad en la que, más allá de la realidad, se les expone a "modelos económicos virtuales". Todo esto viene a cuento de las declaraciones de la ministra Báñez defendiendo que  en  2014 se acabará la crisis "porque ya lo ha dicho el Presidente del Gobierno". Supongo que este mensaje no va más allá de lo que podían decir los "augures". ¿Dónde están los modelos en los que admirar la "virtud"?

martes, 2 de abril de 2013

¿Dónde han guardado la LOMCE?

Aunque solo sea por aquello de hacerlo constar: ¿dónde está la LOMCE? Creo que la última versión era la tercera. ¿Interesa retrasarla porque va a costar unos euros que Montoro no tiene? Es posible, también, que estén "mejorándola" todavía más, y el trabajo es tan intenso que hasta Wert ha desaparecido de la escena sin siquiera hacer mutis. La única noticia que de vez en cuando aparece en estos meses se refiere siempre a la necesidad de enseñar a los alumnos de secundaria los principios de la economía capitalista para que no les engañen cuando sean mayores; luego se parte del principio de que la economía capitalista -es decir, la de los que tienen el dinero... ¿el 1% de la población?- engaña, hace trampas (aunque le llamen ingeniería, cuando los ingenieros suelen tener la necesidad de ser muy precisos y no dedicarse a hacer juegos malabares), falsea y roba. Seguramente debe de ser muy difícil decidir qué tienen que explicar los profes en las clases de economía, y a la vez exigirles que no copien en los exámenes, por lo menos en los de economía, porque se juegan su futuro. Será por esta cuestión por lo que han suprimido, o reducido a casi nada, las clases de filosofía y de ética

Hace unos días, charlando con mis hijos, me acordé, aunque no se lo dije, del día que me los llevé un sábado por la mañana al banco, siendo ellos muy pequeños y  les presenté al director de la oficina; abrieron una cartilla; también recuerdo que les prometí, y lo cumplí,  ya en la calle, que yo les ingresaría en su cartilla el doble de lo que cada uno de ellos fuera capaz de ahorrar y ingresar en la cartilla. Era otra época, por supuesto; hoy ya saben  de qué va el asunto de la economía, y nadie les ha dado clase; simplemente, lo han ido viendo. Hicieron bien en liquidar el saldo de sus cartillas en viajes cuando llegaron a la edad en que no les interesaba nada en absoluto viajar con sus padres.

También recuerdo el día que atendí a unos antiguos alumnos del colegio. Venían para hacer el trabajo fin de carrera sobre la organización y la estructura financiera y económica de la Cooperativa; había cursado Ciencias Empresariales; nunca habían visto una letra de cambio, y, por supuesto, no tenían ni idea de cómo funcionaba; nunca habían visto el impreso de declaración del impuesto de sociedades; y no sigo, pero estaban pegados, y eran alumnos brillantes en el colegio y en la Facultad. Hicieron el trabajo; dos tomos de unas quinientas páginas cada uno; entre el Administrador y yo les suministramos algo más del 90% de lo que escribieron; nos dieron un sobresaliente. Es posible que aprendieran que no hay profesor que se lea un trabajillo escolar mil paginas ¿Qué sabrán los alumnos de ESO al terminar sus estudios de economía entre los 12 y los 16 años?